Desde su hogar en Montepellier me contesta la voz cálida de Antonio Rivas Padilla, un matemático acordeonero o acordeonero matemático, como queramos verle. He llegado a él en este viaje sin tiempo ni espacio que suscita la cumbia y con la noticia de que ha sido este chocoano de Itsmina quien ha dejado sembradas varias de las semillas cumbiamberas que ahora germinan en Europa a manera de nuevos intérpretes y compositores.
Nacido en 1949, Antonio creció en una familia en donde la música jugaba un papel preponderante, de tal forma que a los 15 años tuvo el impulso de aprender a tocar el acordeón de manera autodidacta. Escuchando sus composiciones se tiene la certeza de su pasión, la que lo ha llevado a alternar con grandes maestros del folclore como Alejandro Durán, Abel Antonio Villa y Mariano Pérez.
Habiendo estudiado matemáticas en Colombia y con una maestría a cuestas, llegó a Francia hace algunos años a preparar un doctorado en Física de partículas y hacer un diplomado de estudioas especializados en Informatica. Y como quiera que su energía daba para largo, en 1984 creó su primer grupo musical en Montpellier.
Reconocido maestro del acordeón diatónico, Antonio trasciende el buen hacer de su propio arte dedicándose a compartir en Francia, Bélgica, España y Holanda, principalmente, las raíces colombianas, haciendo, como se decía al principio, que nuevas ramas broten de este ritmo nuestro, que como bien anota un investigador argentino, "era el más humilde de todos y resultó ser el más viajero".
Mientras tenemos la oportunidad de ampliar la información sobre este extraordinario juglar y embajador de nuestra tierra, les dejo un abrebocas y las señas de su espacio virtual donde encontrarán otros temas tan maravillosas como este "Recuerdos azucarados de España" de su autoría.
No hay comentarios:
Publicar un comentario